El Atlético B cayó ante el Fuerteventura (2-3)

A la tercera llegó la vencida. Después de ganar al Vecindario y al Lugo en el Cerro del Espino, el Fuerteventura fue el sorprendente equipo que se llevó el triunfo ante el Atlético B. Se acabó la racha de cuatro partidos sin perder de los rojiblancos en un partido que debió terminar, como mínimo con un empate. El Fuerteventura llegó al Cerro del Espino con la vitola de equipo imbatido tras las cinco primeras jornadas. Y si había aguantado 450 minutos sin recibir un gol, ante el Atlético B sólo pudo estar 17 minutos imbatido. Y no sólo recibieron los canarios un gol, sino que en siete minutos ya tenían un 2-0 en contra. Dos goles de Batres hicieron soñar a los aficionados rojiblancos con un partido tranquilo y con una victoria clara, pero nada más lejos de la realidad. El Fuerteventura era el colíder junto al Deportivo B y si marchaba bien clasificado era por algo. Lo cierto es que la primera hora fue rojiblanca, con un buen juego por bandas que desarboló al equipo canario. Incluso, con 2-0, los de Abraham García tuvieron una ocasión clarísima que fabricó Batres, quien dio el pase de la ‘muerte’ a Rubiato y cuyo remate salvó bajo palos un zaguero visitante. Y del que pudo ser 3-0 se pasó al 2-2 en siete minutos, merced a sendas jugadas a balón parado. Primero, un golpe franco indirecto con fortuna, que tocó en la barrera y descolocó a Bernabé. Después, una falta sacada por Moisés fue desviada a la red por David Fernández con la mala suerte de que hizo el empate en su intento de despeje. Tras el descanso, el partido estuvo sumido en un letargo merced al empate con el que se había llegado al descanso y nada más empezar, un fallo en el despeje de Bernabé propició a Futre intentar el gol desde cuarenta metros y le salió a la perfección. Los canarios se pusieron por delante por primera vez en el partido y supieron manejar el choque. Incluso, Maciot pudo aumentar la ventaja pero su remate se estrelló en el poste. Habría sido demasiado castigo para los rojiblancos. Abraham García quemó sus naves con los cambios y empezó el asedio de la meta de Novoa. Ramos y Axel tuvieron en sus botas el empate pero quizá la precipitación hizo que el gol no llegara en ambas oportunidades. Pese a los intentos de nivelar la contienda de los rojiblancos, el equipo canario se llevó un triunfo que consiguió merced a dos jugadas a balón parado y aprovechando un error local. La experiencia es un grado y eso es lo que le valió al Fuerteventura. Ganó el más listo, no el que más lo mereció.
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