Porque luchan como hermanos

MARCA publica un excepcional reportaje sobre las leyendas del Atlético que ahora trabajan por seguir haciendo grande al club sin vestirse de corto: técnicos, gestores, directivos, ayudantes...

El diario MARCA ha publicado este sábado 14 de enero un espectacular reportaje con las leyendas del Atlético de Madrid que ahora trabajan por seguir haciendo historia con el club en otras facetas que no son vestirse de corto: técnicos, ayudantes, directivos, gestores... Por su gran interés reproducimos el reportaje de Alberto R. Barbero y David G. Medina en nuestra página web, sabiendo que hará las delicias de todos los atléticos.



El criterio de haber debutado con el primer equipo, alguno había que poner, deja fuera de este reportaje a tipos como Miguel Bastón o Antonio Arganda, que sienten el escudo del Atlético como el que más. También cabría recordar a los que, casos de Paulo Futre, Toni Muñoz o Miguel Ángel Ruiz, han trabajado para el club pero ya no lo hacen. Sea como fuere, son todos los que están. Hombres que en su momento defendieron la rojiblanca sobre el terreno de juego y que ahora lo hacen desde otros ámbitos. 18, concretamente, en la deslumbrante mayoría de edad de un club que apuesta por el sentimiento como pocas veces lo había hecho.

'Me parece perfecto', apunta inmediatamente Milinko Pantic, otrora héroe del Doblete, actual entrenador del Atlético B. 'Pero hay que dejar claro que se trata de gente trabajadora y preparada. De gente que siente el club, sí, pero que también sabe de qué trata su trabajo', añade. Tiene toda la razón. Porque cada uno está en lo suyo. En la gerencia, como Clemente Villaverde. En primera línea de vestuario, como el propio Pantic, como Simeone, por supuesto, como Alfredo, como Roberto o como Mena. Completando cuerpo técnico, como Burgos, como Marina, como Diego o como Vizcaíno. En la Dirección Deportiva, como Caminero. En la de Fútbol Base, como Aguilera. En labores de representación, como Luiz Pereira o Collar. En la Asociación de Ex Jugadores, como el mítico Adelardo. En la Fundación, como Manolo u otra vez como Adelardo, que tiene doble labor. En las Escuelas del club, como Quique Estebaranz. Ejerciendo como delegado, en fin, como Pedro Pablo.

MARCA los reúne en el Vicente Calderón, minutos después de que concluya el entrenamiento del primer equipo. Algún futbolista aparece por el túnel de vestuarios y echa un vistazo a lo que sucede sobre el césped. Habría que preguntarse si entiende el significado de la imagen que encabeza estas líneas, si entiende la historia que tiene detrás, si entiende los títulos, la épica, la grandeza... Quizá sea mejor olvidar la pregunta y tirar de un solo dato: 123 temporadas les contemplan. 'Porque luchan como hermanos, defendiendo sus colores...', reza el himno. Sólo con Adelardo ya tenemos 17. 'El Atlético es toda mi vida. Llegué con 19 años y me retiré con 36. Volver después fue un premio para mí. El Atlético es lo que ansías, lo que te figuras de joven...'

Rojiblanco llama a rojiblanco, porque en lo que se prepara el reportaje, en lo que se reparten saludos, en lo que se espera al que tarda algo más de la cuenta, aparece sobre el césped Tomás Reñones. Nadie le esperaba, pero acude al club para resolver asuntos personales y topa con una cita entrañable. Más abrazos. Después será Óscar Gil el que se presente en el estadio. Hay quien le pide que se incorpore a la fotografía, pero la respuesta del consejero, por lógica, por sincera, servirá para desarmar a los profetas del apocalipsis. 'No he tenido el honor de jugar en el Atlético', susurra.

El Atlético... ¿Qué es el Atlético? ¿Qué significa el Atlético? 'El Atlético es la segunda madre que me parió', asegura Quique Estebaranz. Y la frase, rotunda de por sí, adquiere más valor al considerar que la pronuncia precisamente quien, formado en las categorías inferiores, no llegó a estrenarse en partido oficial. 'Es pasión, es compromiso, es responsabilidad, es vivir años maravillosos... es entender que para estar acá hay que dar el 110%, que con el 100% no alcanza', aclara Simeone, recuperado ahora para la causa, pero al que nunca ha hecho falta insistir para que se deshiciera en elogios hacia la entidad. Desde Argentina, desde Italia, desde donde fuera.

Han acudido elegantes a la cita, como debe ser. Alguno está pasando frío, pero se echa el rato de forma agradable. Se suceden los pensamientos en voz alta. El momento deportivo no es bueno, con el equipo más cerca del descenso que de Europa, pero eso no va a cambiar una historia centenaria. Clemente Villaverde, que desde diciembre forma parte del Consejo de Administración, lanza una reflexión: 'El Atlético lo es todo. Forma parte de mi vida en todos los aspectos. Me ha ayudado a formarme como deportista, pero también como persona'.

De forma más llana se expresa Germán Adrián Ramón Burgos, al que incluso cuesta reconocer con chaqueta, camisa y pelo corto. El Mono, por razones obvias, disfruta cada minuto de trabajo en el Atlético: 'Es el corazón del pueblo, la pasión. Uno se puede dejar la vida aquí, dentro del campo... y hacerlo además con gusto'. En realidad no hace falta que los periodistas se pongan pesados, porque se suceden los pensamientos en voz alta, el de Manolo, por ejemplo, y se repiten ciertas palabras: 'El Atlético es, ante todo, pasión. Me ha dado mucho y he vivido momentos inolvidables. Lo llevo en el corazón'.

Enrique Collar es una auténtica leyenda, sí, pero también un tipo magnífico, incapaz de dar un ‘no’ a su familia, a su gente, a su Atlético. 'Es un club que me lo ha dado todo. Estaría encantado de estar toda la vida en él y de hecho me gustaría nacer de nuevo para volver a jugar en el Atlético'. Incluso se emociona. Vistió la rojiblanca de 1953 a 1969. Coleccionó títulos, dicho sea de paso.

Aún hay más. Caminero, con cuyo regate a Nadal aún se sueña: 'El Atlético es un orgullo, un sentimiento, un ideal'. Luiz Pereira, sacando la pelota jugada con una sonrisa que para sí quisiera Reyes: 'Lo es todo. Pasé cinco años maravillosos como jugador y ahora es muy grande trabajar con los chicos'. Alfredo, y aquel gol para ganar la Copa: 'Como equipo es lo máximo. Me dio la oportunidad de jugar en Primera. El sentimiento es muy grande y siempre va a más'. Marina, y el toque de balón que admiraba hasta Luis Aragonés: 'Es mi hogar. Vine con 15 años y me fui hecho un hombre. No he conocido otra casa. Nada más que la rojiblanca'. Vizcaíno, fiel escudero: 'Siempre estaré agradecido al Atlético. Me lo ha dado todo y lo he vivido de forma muy intensa'.

Sigue el desfile en rojiblanco. Se acerca la hora del almuerzo y hay quien aprovecha para alargar la cita, esta vez con la necesaria cerveza por medio. 'Llegué con 16 años y me ha marcado hasta la forma de vida', confiesa Pedro Pablo Matesanz, aún sobre el césped del Vicente Calderón. 'Es pasión. Lo he mamado desde pequeño y eso no se olvida', apunta Diego. 'El Atlético significa ilusión. Este club me ha dado estabilidad y mi vida va paralela al Atlético', admite Roberto Fresnedoso. 'Tengo un gran recuerdo de mi paso por el club. Es algo muy especial en mi vida', cierra Óscar Mena.

Pensándolo bien, la reunión organizada por MARCA puede entenderse también como una forma de arropar a Diego Pablo Simeone, que mañana se estrena como técnico en el coliseo rojiblanco. Llega el Villarreal, dirigido por Molina, lo que es la vida, y los pesos pesados del sentimiento rojiblanco hacen causa común con el nuevo inquilino del eléctrico banquillo rojiblanco. 'Si alguien puede hacerlo, ése es el Cholo', murmura alguno, entendiendo que la situación, por complicada, requiere tipos de acción. Por ahí debe reconocerse que Manzano nunca tuvo dentro del club el cariño que va a tener el argentino. Puede que no se lo ganara, que ésa es otra.

El número 18 marca la mayoría de edad, escrito quedó, pero también el número de futbolistas que podrá inscribir Simeone para el choque ante el submarino. A los protagonistas de estas páginas —'ese sí es un equipo de Champions', exclama un compañero periodista— han sucedido ahora los Courtois, Juanfran, Miranda, Godín, Filipe Luis, Tiago, Gabi, Diego, Arda, Adrián y Falcao, directamente sobre el campo, y probablemente los Asenjo, Antonio López, Pulido, Mario Suárez, Assunçao, Koke y Salvio, en el banquillo. Con las sanciones de Perea y Domínguez, con Sílvio recién recuperado, apenas Pizzi, descartado en Málaga, puede alterar ese orden establecido.

'El club te da mucho, y por eso mismo siempre hay que intentar responderle. Quizá fuera más fácil hacerlo cuando jugábamos, pero deben defenderse el escudo y la camiseta desde cualquier sitio. Nunca debe defraudarse al Atlético', recuerda Pantic, uno de los que no ha necesitado nacer en España para enarbolar la bandera rojiblanca.

En cualquier caso, por encima de otro tipo de consideraciones, por encima de momentos, que también los hubo, en los que el discurso oficial vino a resumirse en la desafortunada frase 'menos sentimiento y más profesionalidad', el resumen de una mañana deliciosa pasa por la proyección que el Atlético ha decidido dar a los que un día vistieron su camiseta. Son muchos y podrían ser más. Aguilera, encargado ahora de formar a los que dentro de unos años protagonizarán nuevos reportajes, apunta en ese sentido: 'Bienvenida sea la apuesta. No pueden estar todos, desgraciadamente, pero los que hemos conocido el club salimos con algo a favor', dice. 'Personalmente el Atlético es el lugar donde me he criado y por suerte sigo trabajando en él. Con eso queda todo dicho'. Pues eso, que queda todo dicho.
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