La ley de Costa sentencia
Dos goles del brasileño en la primera mitad lanzan al Atlético ante un Osasuna que provocó momentos de atasco al colocar una legión de efectivos en el centro del campo. Nueva victoria con la que igualamos el mejor inicio de la historia del club.
ATLÉTICO DE MADRID 2 - 1 C.A. OSASUNA
Atlético de Madrid: Courtois; Juanfran, Miranda, Godín, Insua; Mario Suárez (Gabi, 46’), Tiago, Koke (Cristian Rodríguez, 77), Arda Turan; Leo Baptistao (David Villa, 63’) y Diego Costa.
Osasuna: Andrés Fernández; Damià, Loties, Arribas, Marc B.; Loe (Lolo, 82’), Puñal (Ariel Núñez, 78’), Silva, Sisi; Armenteros y Oriol Riera (Onwu, 77’).
Árbitro: Estrada Fernández (C. Catalán). Mostró tarjeta amarilla a los rojiblanco Mario Suárez (41’) y Juanfran 70; y al visitante Lolo (88’) .
Incidencias: Sexta jornada de la Liga BBVA. Estadio Vicente Calderón. Antes del pitido inicial se guardó un minuto de silencio en recuerdo de Francisco Espino, socio número 1 del club que falleció la semana pasada.
Goles:
1-0. 18’. Diego Costa remata en el centro del área un servicio de Juanfran desde la banda.
2-0. 25’. Segundo de Diego Costa. El brasileño marca los tiempos en el salto y remata de cabeza con maestría un gran centro de Koke.
2-1. 41. Oriol Riera mete el pie dentro del área tras una falta que lanzó Puñal.
El Atlético de Madrid firma el mejor arranque de la historia al sumar ante Osasuna la sexta victoria consecutiva en Liga y seguir anclado en lo alto de la clasificación con 18 puntos, los mismos que el FC Barcelona. Diego Costa firmó los goles en la primera mitad.
Había avisado Diego Simeone en la víspera que el once rojiblanco presentaría cinco cambios respecto al que saltó al estadio José Zorrilla el pasado sábado. Juanfran, Insua, Tiago, Arda Turan y Leo Baptistao eran los nombres que refrescaron aquel equipo ante el Valladolid. Cuestión de rotar, de ir dosificando el esfuerzo y oxigenar a los jugadores en una temporada tan exigente como la actual.
Osasuna se plantó en el Calderón con un sistema alejado del quién juega y adecuado al cómo juega, porque Simeone ha logrado que su equipo tenga un estilo, un sello que repite partido tras partido. Los rojillos fueron regimiento en el centro del campo dejando por delante un efectivo y cuatro guardianes en la zaga. El partido se atascó en esa zona central y el Atleti trató de romper la muralla navarra poniendo balones en largo a Diego Costa. Osasuna pudo adelantarse en el minuto 13. Sisi lo intentó desde lejos y el balón rebotó primero en Godín y, a continuación, en Miranda para continuar su trayectoria hasta la base derecha del poste de Courtois.
El primer gol nació desde el pie de Arda. El turco abrió a la banda y Juanfran enganchó el balón tirándose al suelo. El lateral puso un servicio al centro del área y Diego Costa remató cogiendo a contrapié al guardameta de Osasuna.
El hispano-brasileño es sinónimo de gol y siete minutos más tarde firmó el segundo de un extraordinario cabezazo a un no menos sobresaliente centro desde el vértice del área de Koke, el ‘magic’ rojiblanco. El Calderón se rendía a un Diego Costa que ya suma siete dianas en un memorable inicio liguero.
Antes del descanso el equipo visitante redujo diferencias con el gol de Oriol Riera, que remató una falta lanzada por Puñal. Aire para el equipo de Javi Gracia que estuvo arrinconado minutos antes.
Mario Suárez, que al final del primer tiempo recibió un golpe en la rodilla, se quedó en el vestuario y Gabi cogió su puesto. El partido volvió a jugarse en el centro del campo, en un terreno donde el mínimo error te cuesta un disgusto. Así fue como Armenteros se encontró un balón franco en las inmediaciones de Courtois y su disparo salió desviado por la línea de fondo.
Corría el minuto 63 y Simeone mandó saltar al campo a David Villa. El Guaje salió en lugar del bregador Leo Baptistao. También movió ficha Javi Gracia. El técnico rojillo tiró para adelante al poner sobre el césped a Ariel Núñez en lugar del capi ‘Patxi’ Puñal.
Un toque de Diego Costa dejó un balón de oro a Arda Turan, que se plantó delante del portero sin poder definir como solo él sabe hacerlo. Su disparo manso se perdió por el lateral de la portería de Andrés Fernández. Los nuestros siguieron mirando al frente sin perder ni un segundo de concentración atrás. El equipo rojillo quería el empate y no se descompuso; al contrario, fue creciendo y subiendo líneas con orden y criterio. Y el Atlético, lejos de cerrar el partido metido en su área, finalizó como equipo grande, atacando y enseñando los dientes. Seis partidos y seis victorias. De matrícula.
