Con Arteche se va una de las figuras rojiblancas de los años 80

Compartió eje de la zaga con Luis Pereira y Miguel Ángel Ruiz

Juan Carlos Arteche se fue luchando a brazo partido contra una enfermedad como lo había hecho en su vida, tanto en la profesional como en la particular. Fue un central de leyenda, de los que enganchaba con la afición por su entrega y pundonor en defensa de la camiseta del Atlético de Madrid durante once años. Es el cuarto jugador con más partidos de Liga en la entidad, tras Adelardo, Tomás y Collar, y dejó huella tanto en sus compañeros como en los aficionados rojiblancos que tuvieron la oportunidad de verle jugar en una época en la que no se podían ver todos los partidos de Liga como ahora.

Llegó al Atlético de Madrid con 21 años procedente del Racing de Santander. En sus inicios se mostraba como un central fuerte y expeditivo, complemento ideal para Luis Pereira. Su ímpetu le hizo ver tarjetas amarillas y alguna roja al principio, algo que no se correspondía con el extraordinario jugador que llevaba dentro. Poco a poco fue mejorando su técnica al lado de Luis Pereira, para crecer como futbolista hasta llegar a la selección nacional absoluta, donde jugó cuatro partidos y anotando un gol importante en Albania, el 3 de diciembre de 1986, firmando el triunfo de España por 1-2.

La afición rojiblanca se encariñó con él de tal forma que recibió el apelativo de ‘Artechenbauer’ por su forma de sacar el balón jugado desde la defensa, como le gustaba hacer a Luis Pereira, su ‘maestro’, además de por su carácter y su calidad. Tras la marcha del brasileño formó eje de la zaga rojiblanca con Ruiz, aunque también lo hizo con Goikoetxea, Balbino y Sergio.  

Formó parte de un equipo histórico, aquél que plagado de jugadores de la cantera y con dos extranjeros logró tutear a Barcelona y Real Madrid, conquistando la Copa del Rey y la Supercopa de España en 1985, además de ser subcampeón de Liga (84-85), de la Recopa de Europa (1986) y de la Copa de la Liga (1984 y 1985).

En la retina de los aficionados rojiblancos hay muchos momentos emotivos con Arteche como protagonista pero por encima de todos hay uno que refleja lo que era ese jugador racial que llegó procedente del Racing y que se dejaba literalmente la vida en cada partido que jugaba. Fue en un Atlético de Madrid-Betis en el Vicente Calderón, en 1983, y en el que el conjunto rojiblanco perdía por 2-3 a falta de cinco minutos. Arteche consiguió el empate y en el último minuto marcaba de cabeza el gol del triunfo y tenía que salir en camilla con el menisco roto. Una acción que el entonces Presidente, Don Vicente Calderón, premió con la entrega al central rojiblanco de la medalla de oro y brillantes del Club en el hospital donde se recuperaba de sus ‘heridas de guerra’.

Tras acabar su carrera como futbolista fue comentarista en programas de radio y televisión. Además, fue representante de las firmas deportivas Spalding y Luanvi, además tener otros negocios. Con Arteche se ha ido una de las figuras más representativas del Atlético de Madrid de los años 80. El Club Atlético de Madrid le tributará un merecido homenaje el sábado antes del partido de Liga frente al Getafe, que coincide con el Día de las Peñas, esas que tanto le quisieron mientras defendió la camiseta rojiblanca. Descanse en paz Juan Carlos Arteche.

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