EL FUENLABRADA HIZO LO JUSTO PARA DERROTAR A LOS DE ALFREDO, QUE MERECIERON MÁS

El Atlético B dio la cara pero acabó perdiendo

El fútbol fue cruel con el Atlético B. Los de Alfredo fueron mejores que el Fuenlabrada pero les faltó el gol y cuando llegó para empatar, poco después acertó el cuadro azulón para ‘matar’ a los nuestros.

T. Calvo

FUENLABRADA 2 – 1 ATLÉTICO DE MADRID B

Fuenlabrada: Basilio; Edu Payá, Alcañíz, Raúl Aguilar, Rubén Anuarbe; Wilfried, Cala (Carlitos, 61’), Borja, Antonio López; Carlos López (Molino, 81’) y Pachón (Jesús Sánchez, 73’).

Atlético de Madrid B:David Gil; Galass, Mongil, Pablo Trigueros (Iván Sánchez, 66’), Elbis; Vicente, Borja Martínez (Ndoye, 59’); Kader, Omar, Iván Pérez (Aquino, 53’); y Rubén Mesa.

Árbitro: Fernández Brito (Comité Tinerfeño). Expulsó al preparador físico del Fuenlabrada (90’). Roja a Antonio López (91’) y Kader (91’). Mostró tarjeta amarilla a los locales Raúl Aguilar (49’) y Wilfried (78’), Pachón (90’), Borja (91’); y al visitante Rubén Mesa (51’).

GOLES:
1-0. 37’.
Internada de Antonio López por la izquierda del ataque local, se mete en el área, recorta y cede a Carlos López para que marque de fuerte disparo por el centro.
1-1. 82’. Jugada por la derecha de Iván Sánchez con centro con la zurda al segundo palo y Ndoye, de cabeza, anota el empate.
2-1. 87’. Raúl Aguilar remata en un córner, toca en un defensa y entra en la red.

El Atlético B salió con una cara muy diferente a la mostrada en el último partido de Liga frente al Amorebieta. Con varios cambios en el once inicial, jugando Borja Martínez de titular para llevar la manija del partido junto a Vicente, y con Galass en el lateral derecho, ocupando el carril diestro avanzado Kader. Iván Pérez volvía a ocupar el extremo izquierdo y Rubén Mesa, que fue cambiado a los 20 minutos, salió de titular como único punta.

El Fuenlabrada, que llegaba tras una dolorosa derrota en Sestao (5-0) que le hizo perder el liderato que ostentaba hasta el pasado fin de semana, estaba obligado a dar una buena respuesta a su afición. Y lo cierto es que se encontró a un rival que no le dejaba muchos espacios y que le tenía maniatado.

Salvo la primera oportunidad en el minuto 6, en la que Carlos López avisa y David Gil realiza una buena intervención, despejando a córner, el partido transcurrió en la franja central del terreno de juego, con pocas ocasiones. Sin embargo, el Atlético tuvo dos en apenas tres minutos, ambas con Rubén Mesa como protagonista. En la primera, el delantero remató cruzado fuera y, en la segunda, un buen pase de Borja Martínez lo remató Rubén con parada de Basilio.

Fue el preludio del gol. Un contragolpe rápido que acabó en los pies de Antonio López lo culminó de forma inteligente el ‘10’ de los fuenlabreños, con un pase a Carlos López para que fusilara el tanto.

La segunda mitad fue totalmente distinta, con un buen Atlético B, con mayor intensidad, robando balones y tocando el esférico con criterio. Alfredo decidió ‘quemar sus naves’ y primero fue Aquino, después Ndoye y finalmente Iván Sánchez los que saltaron al terreno de juego. Aquino fue el primero que puso en aprietos al meta salido de la cantera rojiblanca Basilio.

Después fue Ndoye con una internada por la banda izquierda el que se internó en el área y salvó un defensa a córner cuando Aquino esperaba el pase en el punto de penalti. Poco a poco, el Atlético B convirtió el partido en un monólogo, siendo mejor que el Fuenlabrada, pero le faltaba lo más importante en el fútbol: marcar.

El Atlético B se estaba haciendo acreedor al menos al empate y éste llegó en el tramo final del partido, con un centro pasado al segundo palo de Iván Sánchez y cabezazo de Ndoye que hacía justicia por lo que se estaba viendo. Pero el fútbol no entiende de justo o injusto y, poco después, en el 87, Raúl Aguilar, con fortuna, hacía en un saque de esquina el 2-1, castigando con crueldad a un Atlético B que debió sacar algo positivo del Fernando Torres. Al final, tángana con una jugada que acabó con las expulsiones de Kader y Antonio López pero que sirvió al Fuenlabrada para concluir el partido con el triunfo.