El Madrid se lleva el derbi en el último minuto desde el punto de penalti

El Real Madrid se llevó el derbi de la forma más cruel, marcando en el último minuto y de penalti. El Atlético de Madrid tuvo que remar desde el primer minuto y cuando rescató un punto casi al final, se llevó un golpe tremendo cuando el Vicente Calderón ya celebraba un empate que se había conseguido con lucha y coraje. Como pasó la temporada pasada, el Real Madrid se adelantó casi antes de que diera comienzo el partido. Apenas se habían consumido unos segundos cuando Van Nistelrooy sorprendía a Leo Franco desde lejos. El holandés se sacó un disparo ajustado cuando nadie lo esperaba y el balón se coló junto a un palo. El gol dejó roto al Atlético de Madrid, que tardó unos cuantos minutos en superarlo. Y es que en el minuto 2 los blancos pudieron sentenciar con otro disparo lejano. En esta ocasión fue Sneijder, pero Leo Franco estuvo atento para meter una mano, haciendo el larguero el resto del trabajo. El Real Madrid había empezado el partido dispuesto a ventilarlo por la vía rápida. Los de Javier Aguirre, poco a poco, fueron cogiéndole el tono al derbi y no tardaron mucho en enseñar las uñas. El Kun se coló por un lado en el minuto 7, pero Forlán se pasó de largo y no encontró el balón. El Atlético de Madrid se metió casi siempre por el centro en esta primera parte, algo que supo contrarrestar el equipo de Schuster sin demasiadas complicaciones. Cada vez que el balón llegaba a Éver Banega, le rodeaban de inmediato jugadores blancos, imposibilitando los pases al argentino. El Atlético se movió a golpe de impulsos, con poca regularidad. Un disparo de Pernía casi sorprende a Casillas al cuarto de hora y poco después el Kun lo intentaba desde lejos. Eran destellos que mantenían a la grada esperanzada. El Real Madrid, mientras, estaba firme atrás, con Pepe y Cannavaro haciendo la vida muy apacible a su portero. Y de vez en cuando, como el Atleti, se acercaba amenazante al área de Leo. Como en el minuto 20, cuando Van Nistelrooy marcaba a la salida de un córner, pero un asistente de Clos Gómez anulaba la jugada por fuera de juego. Se luchaba mucho por parte de unos y otros, pero ninguno de los dos equipos lograba adueñarse por completo del partido. Un partido que se calentó en el último cuarto. Perea era expulsado con una roja directa tras un manotazo a Sneijder, teniendo Javier Aguirre que dar entrada a Antonio López y sacrificar a Raúl García. El Real Madrid tenía el partido a punto para matarlo, pero minutos después Van Nistelrooy seguía los pasos de Perea tras una entrada a Maniche. Volvían a nivelarse las fuerzas y el Atlético recuperaba una moral tocada por las circunstancias. Y casi recupera terreno en el marcador justo antes del descanso, pero el Kun no encontró a Forlán. Salió Simão tras el descanso y el partido enloqueció por minutos. El Atlético se abrió por la izquierda y en un abrir y cerrar de ojos Éver Banega y Maniche estuvieron a punto de marcar. Uno cruzó demasiado y el otro mandó el balón por encima del larguero. El Real Madrid también estaba metido en esta dinámica y casi saca partido. Higuaín y De la Red remataron bien, pero Leo Franco rechazó el balón en ambas ocasiones. El Kun Agüero, listo como pocos, tuvo la suya en el 56 cuando se fue de Cannavaro, pero envió el balón junto a un poste. Podía pasar de todo. Parecía que las fuerzas de ambos equipos empezaron a agotarse, pero no era así. El balón circulaba poco en el centro del campo y llegaba muy rápidamente a los lados del terreno de juego, aunque las ocasiones comenzaban a ser escasas, por no decir inexistentes. Javier Aguirre abría más el campo dando entrada a Luis García, porque el tiempo pasaba y los puntos se le escapaban al Atlético. Y el equipo rojiblanco apretó los dientes hasta conseguir lo que llevaba todo el partido buscando. Simão se encontró con una falta al borde del área y no la desaprovechó. Sin embargo, el esfuerzo realizado cayó en saco roto cuando pasaba cinco minutos del tiempo reglamentario y Heitinga cometía un penalti sobre Drenthe. Higuaín se adueñó de la pena máxima y no falló. El Atlético de Madrid se quedaba con las manos vacías una vez más.
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