LA FUENTE DE NEPTUNO FUE UNA FIESTA REPLETA DE AFICIONADOS ROJIBLANCOS

Gabi: "Es un premio al trabajo y sacrificio, por amor a unos colores que no se compran"

El Atlético de Madrid festejó junto a miles de aficionados la décima liga de la historia del Club. Neptuno fue una fiesta llena de seguidores, principalmente niños y jóvenes, que no dejaron de animar y corear ni un segundo a los héroes rojiblancos.

D.Soto. Foto: A. G.

La expedición colchonera partió del Estadio Vicente Calderón pasadas las 8 de la tarde. Miles de aficionados atléticos escoltaron el autobús de los campeones durante todo el recorrido. Mientras que las bufandas y banderas tiñeron las calles de Madrid de rojiblanca. Ciclistas, motoristas y aficionados a pie no dudaron en acompañar los jugadores durante todo el recorrido por la capital española. Por su parte, aquellos que decidieron esperar el paso del autobús alentaron a los suyos sin descanso.

Los aficionados colchoneros se desgañitaron entonando el himno del club a la llegada del autobús a Atocha en torno a las 20:25 horas. La plaza madrileña estaba inundada por miles de seguidores colchoneros que no dejaron de animar, aplaudir y ondear sus bufandas según pasaban los jugadores.

El buen ambiente reinó en el autobús de unos jugadores que no pararon de saludar, gritar y animar a todos los aficionados que decidieron unirse al equipo en la celebración de la décima Liga.

Carlos Jean, speaker del evento, fue el encargado de entretener a los seguidores que esperaban a la plantilla rojiblanca en Neptuno. El DJ amenizó la espera y puso la música de la fiesta de celebración del título liguero. No dudó en comenzar cánticos que siguieron al unísono las miles de personas que abarrotaban la plaza preferida para las celebraciones atléticas.

Se cumplieron las expectativas y el objetivo marcado por el club para la celebración. Retrasar la fiesta al domingo fue un éxito ya que el festejo estuvo lleno de los jóvenes y los niños que construirán el futuro del club.

El autobús encaró el Paseo de Recoletos para llegar a Neptuno cerca de las nueva de la noche. El himno del club recibió a los jugadores con un público entregado que se vino arriba al ver la llegada del autobús.

En torno a las nueve, toda la plantilla fue desfilando, desde Courtois hasta Gabi, hasta el escenario principal de la fuente de Neptuno. Mientras tanto, los aficionados que se dieron cita en la plaza no pararon de animar y corear los nombres de nuestros héroes.

Costa, Courtois y uno de los máximos artífices del éxito, Diego Pablo Simeone, fueron los más aclamados por un público que se entregó a lo largo de toda la celebración. Cuando el entrenador rojiblanco saludó a los aficionados la plaza se vino abajo al canto de “Ole ole ole, Cholo Simeone”. Aunque el punto de mayor éxtasis rojiblanco tuvo lugar cuando todos los jugadores entonaron junto a sus seguidores el “Campeones”.

Gabi, muy aclamado, dedicó unas palabras visiblemente emocionado a los presentes. El capitán, referente y ejemplo atlético destacó que “no tenía palabras para describir lo que sentía” y que estar allí “era un honor”. Además quiso señalar que poder estar en Neptuno era “un premio al trabajo y sacrificio” pero sobre todo era “por el amor por unos colores que no se compran”, concluyó.

Si se cree y se trabaja, se puede

Diego Pablo Simeone

 Simeone también quiso hablar. En primer lugar agradeció a los culpables del éxito lo conseguido. “Agradecerle a los jugadores, sin su esfuerzo esto no sería posible. Agradecer a la gente que nos acompañan, los que participan y no se ven, que hacen que esto sea posible”, indicó. Además, el entrenador colchonero recordó que no habían conseguido un simple título, este triunfo significaba mucho más. “No es solamente una Liga, es algo mucho más importante. Lo que estos jugadores transmiten. Si se cree y se trabaja, se puede”, afirmó.

La celebración fue una fiesta por todo lo alto. Tanto jugadores como aficionados disfrutaron como nunca en Neptuno sin parar de bailar, saltar y festejar uno de los títulos más importantes de la historia del club.

Uno de los momentos más emotivos de la tarde fue cuando Gabi se acercó al dios Neptuno para vestirlo de rojiblanco. Puso una bufanda en torno a la corona de la estatua, otra en una de las manos y una bandera colgando del tridente del dios del mar.

La fiesta concluyó cerca de las 10 con miles de bufandas hondeando al viento mientras los aficionados cantaban y animaban a sus jugadores.

Hoy más que nunca, Madrid se tiñó de rojiblanca para celebrar la consecución del título liguero.