GRAN PARTIDO DEL ÁTLETICO DE MADRID EN MÁLAGA AL QUE SÓLO LE FALTÓ EL GOL

Merecimos mayor premio

El Atlético de Madrid sacó un punto de Málaga en un partido de poder a poder en el que mereció ganar. Las dos mejores defensas de la Liga brillaron en La Rosaleda.

T. Calvo / FOTO: A. Gutiérrez

MÁLAGA 0 – 0 ATLÉTICO DE MADRID

Málaga: Caballero; Jesús Gámez, Demichelis (Lugano, 62’), Weligton, Antunes; Toulalan; Joaquín (Iturra, 65’), Piazón, Isco (Seba, 72’), Portillo; y Santa Cruz.

Atlético de Madrid: Courtois; Juanfran, Miranda, Godín, Filipe Luis; Mario Suárez, Koke; Cristian Rodríguez (Raúl García, 66’), Diego Costa (Adrián, 61’), Arda Turan; y Falcao.

Árbitro: Gil Manzano (Comité Extremeño). Mostró tarjeta amarilla a los locales Weligton (33’) y Toulalan (85’); y a los visitantes Juanfran (16’), Mario Suárez (37’), Diego Costa (57’) y Koke (81').

Incidencias: Jornada 26 del Campeonato de Liga. Estadio La Rosaleda. Unos 28.000 espectadores con seguidores rojiblancos en las gradas que se dejaron notar con sus cánticos.

Empate sin goles que no hace justicia al gran partido realizado por el Atlético de Madrid en Málaga. Los rojiblancos dominaron, tuvieron más y mejores ocasiones que el cuadro andaluz, pero no lograron perforar la meta de Caballero. Brillaron las dos defensas menos goleadas de la Liga en un partido que traía muchos recuerdos a Simeone, ya que el técnico rojiblanco se estrenó en este estadio en su andadura en el banquillo. Y se da la circunstancia que con el mismo resultado, 0-0.

Partido grande en La Rosaleda. Como las últimas veces que se han enfrentado ambos conjuntos, se preveía un choque igualado y que tenía un valor extra porque ambos luchan por clasificarse para la próxima edición de la Champions League. El Atlético de Madrid, además, buscaba un triunfo para continuar con su buena racha y mantener la ventaja de cuatro puntos sobre el Real Madrid, tercero, ya que había ganado al Barcelona y se podía acercar si los tres puntos no viajaban a la capital.

Y lo cierto es que no defraudó el partido. Sobre todo para los aficionados rojiblancos, que pudieron ver un equipo grande, sólido, rocoso, impresionante, que no cedía un centímetro a su rival y que gracias a la presión asfixiante robaba y robaba y se hacía dueño y señor de la situación. Primer tiempo de lujo, pues, en el que las mejores ocasiones fueron rojiblancas y con un Málaga que se encontraba incómodo en su propio feudo. Isco no fue la estrella deslumbrante de este Málaga de Champions, Joaquín apenas pudo aparecer y Toulalan se veía en inferioridad en el centro del campo para construir. Tenía que ayudarle Piazón, que parecía el mejor jugador malaguista en este primer acto.

Pero todos los problemas que tenía el Málaga llegaban porque el trabajo del Atlético de Madrid era extraordinario, impecable. En defensa, sólo inquietaron los malacitanos a Courtois en dos ocasiones esporádicas. La primera en un centro de Joaquín con cabezazo de Piazón que atajó bien el meta belga. Y, la segunda, en un saque de esquina botado por Joaquín y que Demichelis cabeceó fuera por poco.

Por el contrario, el bagaje de los rojiblancos fue mucho mejor, aunque Caballero tuvo que intervenir en una clara a disparo de Arda Turan desde la frontal y al que respondió el meta con una parada en dos tiempos. Antes, Diego Costa había tenido la primera con un disparo que no encontró portería, otro de Arda que se fue rozando el poste derecho y, después, otra de Cristian Rodríguez que salió cerca del palo.

Todas las ocasiones mencionadas, en un primer cuarto de hora electrizante, que dio paso a una segunda fase de la primera mitad en la que el balón fue rojiblanco en su mayor parte y el dominio no llegó a cristalizarse en ocasiones claras por muy poco. El Atlético fue mejor que el Málaga pero había que tener cuidado con este equipo andaluz porque tiene dinamita de medio campo hacia arriba.

La segunda mitad tuvo el mismo patrón que la primera, con un Atlético de Madrid dominador, muy firme y con un Málaga que supo aguantar el tipo ante el juego rojiblanco. A medida que pasaban los minutos, los dos entrenadores ‘quemaron’ sus naves poco a poco. A cada cambio de un entrenador llegaba el del otro, como de una partida de ajedrez se tratara. Simeone dio entrada a Adrián por Diego Costa y, a renglón seguido fue Pellegrini el que puso en el campo a Lugano por Demichelis, para dar más frescura a la zaga. Luego fue Joaquín el que dejó su plaza a Iturra y, un minuto después, Raúl García entró por Cristian Rodríguez. Y, más tarde, fue Isco el sustituido para que entrara Seba.

No hubo alteraciones en el marcador ni tampoco en ocasiones en la fase decisiva del partido. Raúl García lo intentó desde fuera del área sin encontrar portería, en el lado andaluz, Weligton fue el que tuvo la mejor ocasión en una falta lateral que cabeceó fuera. Las dos últimas, para los de Simeone, con un zapatazo de Mario Suárez que atajó Caballero y, ya en la prolongación, un barullo en un córner, lo intentaron rematar Falcao y Miranda y el balón le cayó a Godín que disparó pero un zaguero despejó.

Un punto que sabe a poco para un Atlético de Madrid grande, funcionando como en Sevilla, como un EQUIPO con mayúsculas, aunque si faltó el gol fue porque enfrente tuvo un gran rival, el Málaga, que dio la cara y que sigue cuarto en la tabla.