GRAN PARTIDO COLECTIVO DE UN ATLÉTICO B QUE NO DIO OPCIONES AL TENERIFE

Un golazo de Thomas tumbó al líder

El Atlético B logró tres importantes puntos de forma merecida y ante el líder, el Tenerife, un partido que fue una reivindicación de los rojiblancos.

T. Calvo / FOTO: E. Antelo

ATLÉTICO B 1 – 0 TENERIFE

Atlético B: Bono; Manquillo, César Ortiz, Tiri, Elbis; Thomas, Vicente; Omar, Cidoncha (Mongil, 93’), Iván (Ndoye, 81’); y Gerard (Borja Galán, 73’).

Tenerife: Sergio Aragoneses; Javier Moyano, Bruno, Alberto, Raúl Llorente; Yeray, Iñigo Ros; Carlos Portero (Guillem, 73’), Luismi Loro (Chechu, 64’), Cristo Martín (Suso, 53’); y Aridane.

Árbitro: Carbonell Hernández (Comité Valenciano). Mostró tarjeta amarilla a los rojiblancos Omar (15’), Cidoncha (52’), Vicente (61’) y Borja Galán (82’); y a los visitantes Javier Moyano (28’), Suso (88’) y Raúl Llorente (93’). También amonestó a Alfredo, técnico rojiblanco (59’).

Incidencias: Jornada 27 del grupo 1 de Segunda B. Campo 1 de la Ciudad Deportiva de Majadahonda. Unos 900 espectadores, con un centenar de seguidores blanquiazules en las gradas. En el minuto 28, Sergio Aragoneses paró un penalti a Gerard.

EL GOL:

1-0. 76’. Thomas recibe tras un saque de banda en la banda izquierda busca el centro pero le sale un disparo que se cuela como un obús pegado al poste izquierdo de la meta de Aragoneses.

Excelente encuentro del Atlético B, que fue mejor que el Tenerife y supo sobreponerse a varias adversidades que tuvo en el partido, como un penalti parado por Sergio Aragoneses a lanzamiento de Gerard a la media hora de juego, y varias decisiones arbitrales que perjudicaron a los rojiblancos en momentos puntuales. Por ejemplo, un claro penalti a Cidoncha en el minuto 52 y que, cuando parecía que el árbitro señalaba el punto fatídico, variaba su brazo para mostrar amarilla al rojiblanco y pitar falta en contra.

Pero el día estaba para el Atlético B. Herido en su orgullo el equipo de Alfredo Santaelena tras la goleada sufrida en Guijuelo, los rojiblancos salieron a comerse al líder desde el minuto 1. Anticipación en la jugada, presión asfixiante con robos de balón que buscaban rápidamente la meta canaria y verticalidad eran algunas de las cualidades que exhibió el Atlético B.

Ya en el minuto 4 el árbitro pudo pitar penalti en una internada de Iván que dio con sus huesos en el césped pero que se perdió en el limbo. Javi Manquillo, que hizo un partido espectacular, subiendo por su banda y siendo un extremo más, decidió en el minuto 7 que su internada no iba a ser por la banda y sí por el centro. Se fue como una moto hasta la frontal y, como si de un delantero se tratara, se frenó, dejando al defensa en el suelo y pisó área para lanzar un obús al que respondió Aragoneses con una parada de mérito, desviando el balón a córner.

Después llegó la jugada del penalti marrado por Gerard. Omar había roto a Javier Moyano y éste no tuvo más remedio que derribar al grancanario. Disputa por lanzar el penalti pero Gerard, el indicado para hacerlo, cogió la responsabilidad pero se encontró con Aragoneses, que desvió a córner su lanzamiento.

El Tenerife no aparecía y se encontraba cómodo dejando el balón a los rojiblancos. Y en éstas estábamos cuando Omar volvió a poner a prueba al meta que jugó en el Atlético de Madrid hace unos años.

Tras el descanso, más de lo mismo. El guión no se vio alterado, aunque las ocasiones rojiblancas no fueron tan claras como en la primera mitad. Aún así, Thomas avisó al Tenerife con un cabezazo a la salida de un córner que se marchó fuera por poco. El conjunto isleño dio muestras de su profundidad en el minuto 75 por primera vez, cuando Bono tuvo que abortar una jugada de Aridane en un mano a mano.

Fue el preludio del gol rojiblanco. Al minuto siguiente, un saque de banda en la izquierda termina con el balón en los pies de Thomas, que mira al interior del área para buscar a un compañero que conectara un remate. Pero su centro se convierte en un extraordinario chut que, sin que lo tocara nadie, acaba en la red, pegado al poste izquierdo de Aragoneses. Un gol que hacía justicia a lo que se estaba viendo en el terreno de juego pero que podía no ser definitivo.

El Tenerife se dio cuenta que perdía el punto por el que tan poco había hecho y se lanzó a un ataque desesperado sin tiempo para reaccionar, porque sólo tuvo una ocasión, un cabezazo de Guillem que salvó Bono con una excelente mano para desviar a córner. Así acabó el partido, con varios contragolpes rojiblancos que inquietaron a Aragoneses pero sin alterar más el marcador. Victoria importante del Atlético B en su objetivo de escalar puestos en la tabla.